Fascitis plantar

Es la afectación por irritación o tensión de la fascia plantar.

La fascia plantar es una banda de tejido que se sitúa en la parte interior del pie, conectando el hueso del talón y cada uno de los dedos.

Se diagnostica mediante la historia médica y el examen físico de un profesional cualificado de la salud.

El uso de pruebas de imagen puede llevarse a cabo para descartar otras causas como lesiones nerviosas o fracturas.

¿Qué síntomas podemos destacar a la hora de detectar una fascia plantar?

Dolor en la planta del pie, arco plantar o talón.

El dolor suele empeorar cuando el paciente se levanta y camina por primera vez, después de caminar, correr o permanecer parado durante largos periodos de tiempo.

Suele ser un dolor agudo al comienzo de la actividad, y se va volviendo sordo (leve intensidad, pero constante) y continuo conforme la actividad ligera va desarrollándose. Uno de los pies suele verse más afecto.

 

¿Cuáles suelen ser las posibles causas de padecer una fascitis plantar?

A menudo no hay una causa clara aparente o evento desencadenante.

Puede darse por lesión aguda como un impacto directo sobre la planta del pie, o por consecuencia de micro impactos repetidos, como la presión o actividades repetidas (trabajo, deporte…)

También, son más propensos a desarrollar este tipo de patologías las personas con sobrepeso, tensión en la zona de la pantorrilla, pies arqueados o pies planos, así como en personas que frecuenten actividades de impacto como saltar o bailar.

 

¿Qué tratamiento podemos llevar a cabo para la fascitis plantar?

El tratamiento fisioterápico para la fascitis plantar consiste en tomar medidas para disminuir la sintomatología y modificar el origen.

Aliviar la tensión muscular y de la fascia, así como quitar la posible inflamación o irritación de la fascia.

La reeducación de la biomecánica y aconsejar al paciente sobre corregir los posibles hábitos que desencadenen la fascitis son esenciales.

Si el tratamiento conservador no resulta efectivo, puede aconsejarse el uso de medidas invasivas como las infiltraciones.

Puede considerarse también el uso de cirugía si tras unos meses no remiten los síntomas.

Consejos:

  • Evitar las actividades de impacto y repetidas sobre el pie
  • Estiramientos de la fascia plantar y los músculos de la pantorrilla
  • Aplicar hielo de 10 a 20 minutos, de 2 a 3 veces al día
  • Uso de calzado adecuado
  • Uso de ortesis.

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